domingo, 31 de julio de 2011

El cumpleaños de un grande: Michael Biehn

Hoy cumple 55 años Michael Biehn, el actor estadounidense que saltó a la fama en 1984 como el soldado humano Kyle Reese que viajaba al pasado para salvar a Sarah Connor -y a su futuro hijo John- de ser asesinados por un cyborg en la primigenia e insuperable Terminator (The Terminator, 1984). Uno de los intérpretes más talentosos de su generación, Michael sin embargo ha sido subvalorado y hasta diría olvidado por público y crítica. Biehn siempre será recordado por las tres películas que realizó bajo la batuta de James Cameron en los 80's: la ya aludida Terminator, Aliens (El regreso) y El Abismo (las dos últimas de 1986 y 1989, respectivamente). En las dos primeras encarnando a sendos héroes y en la otra al villano de turno. Esa dualidad se daba naturalmente en este artista de aspecto físico atractivo -en su juventud parecía un modelo- que antes de Terminator ya se había destacado como el psicópata que perseguía a la actriz que animaba la veterana Lauren Bacall en ese buen thriller llamado Obsesión pasional (The Fan, 1981).

Como Kyle Reese, el soldado heroico de Terminator...

Básicamente Biehn ha sido un actor secundario que nunca defrauda, aún si la película está lejos del nivel que él se merece. Porque a medida que transcurría su carrera y era evidente que los productores no lo llamarían para mejores papeles, al hombre no le quedó más remedio que aceptar trabajos de medio pelo. Interpretó diez veces a militares, una de sus especialidades ya que fue injustamente encasillado, entre los cuales es imposible no mencionar al Comandante Charles Anderson de La Roca (film que lo volvió a reunir con Ed Harris luego de El Abismo). Su intensidad le ha jugado en contra y es una pena pero ha filmado un puñado de joyas que al menos desde este pequeño espacio no me cansaré de homenajear una y otra vez.

Foto reciente de Michael, ya más madurito.


Feliz cumple, Mike!!! 



sábado, 30 de julio de 2011

Escena de Déjala morir adentro

Como quedó dicho Déjala morir adentro, co-producción germano canadiense, fue un pequeño y discreto thriller psicológico con todos los condimentos para capturar la atención del espectador de mediados de los 80's: violencia, sexo y un olorcito a incesto bastante llamativo. Tras el tremendo suceso de público en las salas de cine llegó al video con igual fuerza convirtiéndose en uno de los VHS más alquilados de 1986. Hoy día si alguien se cruza con la histórica edición de Video Clauen -y todavía conserva la obsoleta videocasetera- convendría no dejarla pasar porque la película no se editó en DVD ni siquiera en Estados Unidos (está anunciada en zona 1 para el mes de agosto aunque se desconoce si tendrá subtítulos en español). 

La carátula del VHS editado por Video Clauen en 1986.


Como para muestra sobra un botón les dejo una escenita del filme de Paul Nicholas que para algunas fuentes fue filmado en 1981 y para otras en 1983.

Títulos que hicieron historia: Déjala morir adentro

De Claudio María Domínguez se habló, se habla y se seguirá hablando durante un buen rato más. Aquel niño prodigio que apareció en la década del 60 junto a Cacho Fontana respondiendo sobre mitología griega en el programa Odol Pregunta, con los años mutó en escritor, productor audiovisual, viajero incansable y últimamente en conductor de radio y televisión con una abierta inclinación a la espiritualidad y al mensaje new age. Pocos recuerdan que en los 80s Domínguez se desempeñó por un tiempo como distribuidor de películas. Por ese entonces podía estrenarse una obra modesta en una o dos salas y obtener un éxito fulgurante sin una gran inversión. Sólo era necesario un poco de astucia, picardía a gusto y bastante de desfachatez. De más está decir que Domínguez reunía todos estos requisitos cuando compró los derechos del thriller psicológico –con algún toque exploitation- Julie Darling (Paul Nicholas, 1983), también conocida en inglés como Daughter of Death, que en un ramalazo de inspiración se tradujo al español con el controvertido título de Déjala morir adentro

O cuando el marketing sabe cómo vender un producto...

Visto en perspectiva el asunto peca de una ingenuidad casi conmovedora pero en 1986 la deliberada ambigüedad de la palabrita “adentro” provocó tantas olas como para justificar esta efemérides un cuarto de siglo después. De acuerdo a escritos periodísticos de la época Déjala morir adentro, pese a su corrección gramatical y jurídica, chocó con múltiples inconvenientes para ser difundida publicitariamente.  La Comisión de Moralidad de la Municipalidad no aceptaba imágenes que hicieran alusión a la intimidad de las personas por lo que, de no mediar alguna salida ingeniosa, se complicaba sobremanera la exposición del afiche en las salas de cine y la vía pública. La solución llegó de una forma sencilla: se mandaron a imprimir pósters únicamente con la leyenda: “El director de Cadenas calientes presenta a Anthony Franciosa y Sybil Danning en un policial erótico impresionante: Déjala morir adentro…”

Claudio María Dominguez, un león vendiendo películas...


La polémica, que desde luego alimentó el morbo de la gente, se trasladó a los medios de comunicación con disímiles reacciones. La televisión prohibió directamente el spot publicitario. En Radio Rivadavia se objetó el título por considerárselo obsceno aunque esto no impidió que se lo cite al momento de repasar los estrenos de la semana. “Son las paradojas del sistema”, diría Boogie, el aceitoso. En los medios gráficos siguieron los conflictos cuando Clarín rechazó de pleno la pauta publicitaria combinando imagen y texto; para intentar subsanarlo se dejó sólo este último pero volvieron a negarse debido al muy telúrico adverbio “adentro”. Finalmente se arregló el tema recortándole el título: Déjala morir… La Nación, diario conservador si los hay, demostró esta vez menos escrúpulos que su rival y autorizó un aviso con la tipografía y el título sin modificaciones. Por su parte, Diario Popular y Crónica no tuvieron ambages en darle curso al afiche con imagen y texto completos.

Afiche con un título alternativo al original Julie Darling.

Después de semejantes desatinos el éxito no se hizo esperar: la película rompió la taquilla en el cine Paramount –legendaria sala de valijeros- con 20.000 espectadores en su primera semana de estreno y más de dos meses de permanencia en cartelera. Para un filme independiente todo un logro. Y para Claudio María Domínguez un golazo de mitad de cancha que no le habrá sumado prestigio como La ley de la calle (el mismísimo Francis Ford Coppola le escribió una carta para agradecerle por las 107 semanas en cartel; récord absoluto en el mundo para el filme realizado en 1983) pero sí mucho rédito económico y una anécdota simpática para recordar con una sonrisa y, por qué no, también con algo de nostalgia…

Fuente: Revista VideoNews.

jueves, 28 de julio de 2011

Saint James Infirmary: el mejor track de "Let them talk"

La canción es sensacional y la interpretación sublime pero... ¡qué bajón esa letra hermano! Un típico blues depre. Musicalmente lo más destacable es la intro de tres minutos. Eso sí: cuando el bueno de Huguito empieza a cantar se arruina la magia...

¡Te queremos igual, Hugh!

Con la boca cerrada gusta más. Porque te quiero te aporreo...


Autor: según las fuentes puede ser de origen anónimo o bien atribuible a Irving Mills. ¿Qui-lo-sa?

Saint James Infirmary

Folks, I'm goin' down to St. James Infirmary,
See my baby there;
She's stretched out on a long, white table,
She's so sweet, so cold, so fair.

Let her go, let her go, God bless her,

Wherever she may be,
She will search this wide world over,
But she'll never find another sweet man like me.

Now, when I die, bury me in my straight-leg britches,

Put on a box-back coat and a stetson hat,
Put a twenty-dollar gold piece on my watch chain,
So you can let all the boys know I died standing pat.

An' give me six crap shooting pall bearers,

Let a chorus girl sing me a song.
Put a red hot jazz band at the top of my head
So we can raise Hallelujah as we go along.

Folks, now that you have heard my story,

Say, boy, hand me another shot of that booze;
If anyone should ask you,
Tell 'em I've got those St. James Infirmary blues. 


"Let them talk", el disco blusero de Hugh Laurie (Dr. House)

Los que seguimos la serie Dr. House desde sus inicios hemos sabido apreciar la versatilidad del inglés Hugh Laurie no sólo como comediante y actor dramático sino también como músico competente tanto con la guitarra como con el piano. Desde hace un par de temporadas que el show de este ácido misántropo nos viene escamoteando su pericia musical por lo que no queda otra que buscarla por otro lado. Hace un año Laurie reincidió en el rubro gracias a su colaboración con el polentoso cantante y también actor Meat Loaf quien luego de su participación como artista invitado en el episodio Simple explanation de la temporada 5 de Dr. House logró convencerlo de que aporte su piano a la melodiosa balada If I can’t have you (un fantástico dueto de Meat con Kara DioGuardi) de su álbum Hang Cool Teddy Bear. Fue apenas un aperitivo para un emprendimiento mucho más ambicioso, el disco de blues integrado por canciones tradicionales denominado Let them talk que fuera lanzado al mercado en el pasado mes de mayo por el sello Warner.
La tapa del disco ya vende por sí sola...

En diversas entrevistas a Laurie se lo ha visto entusiasmadísimo con un proyecto que obtuvo luz verde fundamentalmente gracias al éxito de la serie que lo convirtió en una celebridad. En este álbum el inglés le rinde tributo al blues de Nueva Orleáns que, de acuerdo a declaraciones efectuadas por el artista, le han servido de inspiración durante toda su vida. El CD presenta 15 canciones versionadas previamente por artistas de la talla de Ray Charles, Robert Johnson, Memphis Slim, Lead Belly, Professor Longhair o Jelly Roll Morton. Let them talk se grabó en estudios de Los Angeles y Nueva Orleáns y contó con los servicios de Joe Henry en la producción (entre sus antecedentes podemos citar sus trabajos junto a Teddy Thompson, Solomon Burke, Ani DiFranco, Aimee Mann y Elvis Costello, entre otros). En el nuevo disco Laurie ha contado con las colaboraciones de Irma Thomas, Tom Jones, Dr. John o Allen Toussaint, entre otros.

Con el trajín diario que conlleva la grabación de un programa tan exigente como Dr. House no me extrañó leer en Internet que Laurie se ha cansado de interpretar a su caballito de batalla y al parecer la próxima temporada (la octava) sería la última. En este momento sus prioridades pasan por tocar con su banda y dedicarle más tiempo a la familia. Algo comprensible, después de todo. Volviendo al tema que motiva esta nota tengo dos noticias para dar: una buena y una mala. La buena: las canciones suenan con todo el profesionalismo que era de esperarse al contar con productores y músicos de primer nivel (el piano del mismo Laurie está a la altura de las circunstancias). La mala: la voz del buen Hugo carece del feeling indispensable para apropiarse de un repertorio muy exigente. Ya no se trata de saber cantar sino de interpretar con la voz las vivencias por lo general plañideras que se suelen asociar al blues. Como él mismo escribe en el libro que acompaña al CD: “No nací en Alabama en la década de 1890. Nunca comí bichos, cosechado algodón ni viajado en carricoche. Ninguna gitana le dijo nada a mi madre cuando nací y no creo estar condenado al infierno hasta donde puedo juzgar. Espero que el disco muestre que soy un inglés de clase media, que me entrometo abiertamente en la música y el mito del sur de Estados Unidos."

Desde lo personal debo reconocer que si bien las canciones no son enteramente de mi gusto un par de ellas logran sobresalir del resto gracias a “una ayudita de sus amigos”. Los tracks John Henry y Baby, Please Make a Change levantan el voltaje del álbum con la fuerza interpretativa de Irma Thomas y Sir Tom Jones. La mejor canción por lejos es Saint James Infirmary pero como cantante Laurie alcanza su momento de mayor expresividad con el tema que le da el nombre a la placa (jajaja, me agarró el viejazo).

Let them talk está entre los CD’s más vendidos en las disquerías de la Argentina. Me pregunto cuánta gente lo habrá comprado convencida del material que contiene y cuánta por el mero hecho de que se trata del disco que sacó el viejo y querido Dr. House…


HUGH LAURIE - LET THEM TALK                                                                     
                                                                                 
01.       “Saint James Infirmary”                                                                      
02.       “You Don’t Know My Mind”                                                            
03.       “Buddy Bolden’s Blues”                                                                    
04.       “The Whale Has Swallowed Me”                                                                  
05.       “John Henry” (c/ Irma Thomas)                                                           
06.       “They’re Red Hot”                                                                
07.       “Six Cold Feet In the Ground”                                                           
08.       “The Battle of Jericho”                                                           
09.       “After You’ve Gone” (c/ Dr. John)                                                                  
10.       “Swanee River”                                                                     
11.       “Police Dog Blues”                                                                
12.       “Tipitina”                                                                   
13.       “Whinin’ Boy Blues”                                                              
14.       “Baby, Please Make a Change” (c/ Sir Tom Jones e Irma Thomas)  
15.       “Let Them Talk”            


         

miércoles, 27 de julio de 2011

Polly Platt: serás recordada...

Seguramente el nombre de Polly Platt no signifique nada para la gente ajena al cine. Por mi parte la tendré siempre presente en mis oraciones por su trabajo en la producción de uno de mis filmes de cabecera: Digan lo que quieran... (1989), la ópera prima de Cameron Crowe. Se trata de una comedia romántica adolescente tan iconógrafica para quienes nos formamos a fines de los 80's que no pensaba dejar pasar mucho tiempo antes de escribir sobre ella. Y así será. Mientras tanto debo referirme a la triste noticia que nos llega desde los Estados Unidos donde la ex esposa del cineasta Peter Bogdanovich acaba de fallecer a los 72 años de edad víctima de esclerosis lateral amiotrófica (una enfermedad terrible cuya sola mención ya da miedo)

Polly en una foto de 2004.



Polly fue una artista completa desempeñándose en distintas etapas de su carrera como diseñadora de producción, productora, guionista y vestuarista entre otros rubros. En la década del 60 su aporte fue clave para el despegue profesional de su marido Bogdanovich con quien colaboró en Targets (1968), La última película (1971), ¿Qué pasa doctor? (1973) y la brillante Luna de papel (1973). Fueron épocas artísticamente felices e irrepetibles para un realizador de considerable talento que a partir de Daisy Miller (1975) comenzó una lenta pero irreversible decadencia pese a algún que otro título rescatable (Todos rieron, Esa cosa llamada amor). Estas jóvenes incursiones en la industria del cine están muy bien documentadas en la genial biografía de Roger Corman (co-escrita junto a Jim Jerome) Cómo hice cien films en Hollywood y nunca perdí ni un céntimo (1990). Un libro de lectura obligatoria para cualquier amante del cine sobre el que ya volveré más adelante.

Afiche retro de La última película.


En la década del 80 Polly se asoció con el exitoso autor/director/productor James L. Brooks primero como diseñadora de arte en La fuerza del cariño (1983) -recordemos que la película ganó el Oscar- y luego como productora y/o productora ejecutiva en Detrás de las noticias (1987) y la fallida Dispuesto a todo (1994). Además co-produjo con Brooks varios títulos conocidos del calibre de La Guerra de los Roses (1989) y la ya citada Digan lo que quieran...

"Conocerlo es amarlo..." Slogan cursilón pero suena lindo!!!


En los últimos meses había dedicado sus esfuerzos a producir un documental que se anticipa fascinante: Corman's World: Exploits of a Hollywood Rebel (2011). Otro lógico homenaje a uno de los más grandes creadores de la historia del cine. Ya me estoy relamiendo con sólo imaginarme las entrevistas a Robert De Niro, Quentin Tarantino, Jack Nicholson, Martin Scorsese, Ron Howard, Traci Lords, William Shatner, David Carradine, Eli Roth, James Wan, Pam Grier, Paul W.S. Anderson y Peter Fonda (muchos de ellos descubrimientos del Rey de la clase "B").

Polly tuvo una nominación al Oscar en 1984 por la escenografía de La fuerza del cariño.

Clásico melodrama hiper lacrimógeno de los 80's.


Una pérdida enorme... pero quedan sus películas. Un módico consuelo, mucho me temo.



martes, 26 de julio de 2011

Las Increíbles Aventuras del Señor Tijeras

Una de las mejores canciones de Sui Generis con una letra de alto vuelo que exuda valentía y algunas imágenes realmente tétricas ("...le corta su cuerpo, le corta su cuero, deforma su cara, y así mutilada la lleva cargada..."). Obviamente el personaje del título refiere a la figura de Miguel Paulino Tato, censor oficial de la Junta.


Letra y música de Charly García.


Extraída del álbum Pequeñas anécdotas sobre las instituciones (1974)


Las Increibles Aventuras del Señor Tijeras


Escondido atrás de su escritorio vi

Un ser bajo, pequeño, correcto y gentil

Atiende los teléfonos y nunca está

Mira a su secretaria imaginándola desnuda y en su cama

Y vuelve a trabajar



Entra en el micro-cine y toma ubicación

Hace gestos y habla sin definición

Se va con la película hasta su hogar

Le da un beso a su esposa y se vuelve a encerrar a oscuras y en su sala

De cuidar la moral



Entra ella y se va desvistiendo

Lentamente y casi sonriendo

Alta, blanca, algo exuberante

Dice "ahora" y camina hacia adelante

Mira al hombre pequeño que se raya

Cuando ella sale de la pantalla



El hombre la acuesta sobre la alfombra

La toca y la besa pero no la nombra

Se contiene, suda y después con sus tijeras plateadas le corta su cuerpo, 

le corta su cuero, deforma su cara, y así mutilada 

la lleva cargada hasta la pantalla justo a la mañana



No conozco tu cuerpo ni se más quién sos

Vi tu nombre en los diarios, y nadie te vio

La pantalla que sangra ya nos dice adiós

Te veré en veinte años en televisión, cortada y aburrida

A todo color

A todo color



Parte censurada:

Yo detesto a la gente que tiene el poder

De decir lo que es bueno y lo que es malo también

Solo el pueblo, mi amigo, es capaz de entender 





Las tijeras veloces de don Miguel Paulino Tato

El ya fallecido crítico Aníbal M. Vinelli (1940-2006) escribía una columna quincenal para la revista Humor® durante la época del Proceso que se llamaba “Cortes y Confesión: En busca del tiempo afanado”. En ella Vinelli, con su proverbial ironía y fino humor, comentaba los estrenos de cine de esos días enumerando los diversos tijeretazos que les propinaba el inefable Miguel Paulino Tato, el censor oficial de la Junta. A veces se trataban de cortes “lógicos” por su contenido sexual o violento pero en otras primaba directamente el ridículo. Por ejemplo: con motivo del estreno de Superman 2 se suprimieron un par de segundos que mostraban el afiche de la ópera rock Evita en el lateral de un autobús. De no creer… 



Un disparate muy diferente fue lo que hizo Tato con la escena de la mujer cadavérica, totalmente desnuda, que acosa a Jack Nicholson en El Resplandor: como no se trataba de un desnudo llamémosle “erótico” y tampoco se podía cercenarlo sin eliminar la secuencia por completo (Stanley Kubrick era extremadamente celoso con su obra y no lo hubiese permitido; de hecho, prefirió postergar el estreno de La Naranja Mecánica en la Argentina por trece años antes que acceder a los caprichos de la censura) se le añadió a la película un manchón verde a la altura del pubis de la actriz. La pobre mujer era seguida por esa mancha antinatural durante todo momento generando una de las ideas censoras más bizarras e insólitas que haya presenciado el espectador argentino en una sala de cine.  



Estos dos ejemplos pueden ser catalogados como curiosidades y al menos no afectaban la comprensión de los filmes en cuestión. Nada que ver con los casos más extremos que tras ser masacrados sin piedad por el pernicioso funcionario directamente perdían la coherencia interna. Cientos de filmes sufrieron por la poda indiscriminada de esas voraces tijeras inmortalizadas (si cabe la expresión) en la canción de Sui Géneris “Las Increíbles Aventuras del señor Tijeras”. En represalia al estrenarse Adiós Sui Géneris, que registraba los dos conciertos despedida del legendario dúo integrado por Nito Mestre y Charly García, Tato le otorgó al documental la calificación de “Prohibida para menores de 18 años” -con la cual muchos de los asistentes a dichos eventos que no contaban con la edad se vieron impedidos de acceder a su proyección- con el argumento de que a los músicos se los observaba “pasados de drogas” (hecho desmentido, dicho sea de paso, por varias fuentes de la época).

Una película nacional que retoma algunos aspectos de este siniestro personaje es El censor (Eduardo Calcagno, 1995), con guión de Alan Pauls & Jorge Goldenberg y Ulises Dumont en el rol del interventor del título. Si por una cuestión generacional no se vivenció esa oscura etapa de nuestra historia vale la pena buscarla para aprender sobre las cosas que se hacían en aras del supuesto “bien común” cuando en verdad lo único que se buscaba con esas medidas era restringir la libertad de expresión y pensamiento del pueblo argentino. 

Hoy Sensacional Estreno

Me resultaría muy fácil describir a Cuando se apagan las luces... como un blog creado para complementar los esfuerzos volcados en Cinefreaks durante casi una década de existencia. Pero de hacerlo no sería enteramente sincero. Porque, a decir verdad, el proyecto tiene su origen en una necesidad personal, muy mía, de llegar a los lectores con textos e inquietudes propias que por su mismo carácter no tienen cabida dentro de la web concebida en 2002 por integrantes del último año del curso de crítica de la Escuela Superior de Cinematografía (luego rebautizada Film College y hoy día desaparecida), entre cuyos miembros fundadores se encontraban Sergio Dobosz, Omar Tubio y Juan Blanco.

A comienzos de 2003 se suma al grupo Pablo E. Arahuete y pocos meses después un servidor para cubrir la salida temporal de Omar que se iba del país tras los coletazos de la crisis post 12/2001. A fines de 2004 hace su ingreso al staff mi ex profesor de guión Luis Pietragalla (que fuera quien me recomendara un año y medio antes a los directores del sitio), alguna vez el fanático número uno de Los Simpsons (¡y de Volver al futuro!). Un gran colaborador de Cinefreaks, Emiliano Fernández, llega en 2006 y otro tanto ocurre con Marcos Rodríguez en 2008. Cintia Potel, encargada de las secciones Muy Pronto e Infofreaks, se integra al equipo en octubre de 2009 y sale al ruedo coincidiendo con la refundación de la web en ese mismo período. Juan Samaja, otro recomendado de Luis, ha sido el último crítico en acoplarse a la barra. ¿Hay equipo? ¡Claro que sí!

Parte del grupo fundador de Cinefreaks... y una visita indeseada de fondo.

Durante tanto tiempo lógicamente tuvimos deserciones que mermaron la cantidad de cronistas para las coberturas semanales. No obstante sobrevivimos y la nueva década nos encuentra en una sólida posición como medio y con el entusiasmo por el cine intacto sino potenciado al de esos años primigenios. En el fondo seguimos siendo aquellos freaks de siempre, sólo que ahora más profesionalizados e intentando volcar nuestro conocimiento y experiencia las 24 horas del día, 7 días a la semana -de ahí el URL del blog-.

Por una cuestión de edad -acabo de cumplir los 40- voy a concentrarme en dos cosas que me apasionan (y que van de la mano): la década del ’80 y el ejercicio de la nostalgia. En este espacio voy a desarrollar tópicos vinculados a esa época memorable que si bien, como casi todo en la vida, alterna buenas y malas experiencias ha dejado una marca indeleble en quienes la hemos atravesado. Como se podrán imaginar el cine será el eje rector de las publicaciones pero la idea es escribir, comentar, mostrar y/o criticar todo aquello que me divierta, entusiasme o simplemente interese. La música, los libros, las series, los videoclips, la info cholula, muchas cosas cuadran en este esquema derivado de la gran familia del cine. No hay una intención discriminatoria pero como crecí viendo películas estadounidenses claramente los títulos serán de ese origen en su abrumadora mayoría.

Una sección fija que será muy amena de armar es Programa2. Consiste en recordar esas funciones de cine integradas por un título de fondo y otro de estreno que eran muy habituales en los cines de barrio y, específicamente, en las salas de la ciudad de Concordia (donde me crié). Por lo general el común denominador –más allá del género- estaba determinado por la distribuidora que las comercializaba. En esas funciones era posible encontrarse con un programa tan insólito como Dos puños contra Río vs. África Mía o Vértigo vs. Duna. Con la llegada del video –en mi caso allá por 1987- estas salidas empezaron a ralear hasta desvanecerse por completo con mi mudanza a Buenos Aires para estudiar periodismo en 1989. No obstante son episodios gratos de rescatar y creo que Uds. opinarán lo mismo.

Hay varias secciones más como Aniversarios, BSO, VHS, Historietas, Series, DVD, Noticias, Informes, Videoclips y Libros pero ya las iremos descubriendo juntos con el correr del tiempo.

No tengo dudas de que la propuesta será de enriquecimiento mutuo.

Bienvenidos y gracias por estar ahí…